Se trata de un trayecto del “Camino Real de Reinosa a Santander”, planeado para facilitar la circulación de cereales y lanas desde la meseta castellana al puerto de Santander.
El camino parte de un plan más ambicioso desarrollado en el siglo XVIII por el Marqués de la Ensenada, político ilustrado servidor de Fernando VI, y consistía en la construcción de una red de carreteras y canales navegables para mejorar las comunicaciones, suplantando la antigua calzada romana, y así facilitar la formación de un mercado nacional de productos agrícolas.
Las obras se desarrollaron entre 1749 y 1753 llegando a ser la principal vía de comunicación y comercio entre la Meseta y el Cantábrico, hasta la llegada del ferrocarril en 1866.
El trazado de este nuevo camino circulaba por terrenos de difícil relieve y atravesaba ríos provistos de bastante agua, por lo que fue una construcción bastante complicada. El camino tenía una anchura de entre 6’5 y 10 metros, dependiendo de los tramos. Actualmente, se conserva en su original disposición el tramo Bárcena de Pie de Concha – El Ventorrillo de Pesquera.
Además del tramo conservado del camino, se ha delimitado un entorno de protección, situado alrededor del Camino Real de Las Hoces. La delimitación del entorno se realizó teniendo en cuenta las características especiales del Camino Real de Las Hoces, al ser el único tramo de la totalidad, que se mantiene relativamente en su estado original.
Con esta resguardo especial se pretende conservar y proteger el Camino, el cual se inserta en un medio natural y paisajístico de gran fuerza y valor, así como su correcta contemplación e interpretación, integrando elementos específicos asociados muy directamente a él, como los abrevaderos de las caballerías y las zonas de parada, descanso y cobijo.
Para caminar por el Camino Real, presentaremos la ruta “de bajada” desde el pueblo de Pesquera (en el Sur de Cantabria) hasta Bárcena de Pié de Concha.
Iniciamos esta ruta en el barrio de Ventorrillo (Pesquera, en el Sur de Cantabria) por donde pasaba el antiguo Camino Real, paralelo al cauce del río Besaya. A la salida del municipio tomamos la actual carretera nacional N-611, en dirección Santander. A apenas 1 Km., a la altura de las ruinas de la Ferrería del Gorgollón, encontramos una subida empinada pero breve y sin ninguna dificultad que nos conduce al original trazado del Camino Real. A partir de este punto el Camino se separa de la corriente fluvial y discurre a media altura por el flanco Este del desfiladero hasta el municipio de Barcena de Pie de Concha.
El tramo inicial que presenta una pendiente moderada se encuentra en un estado de notable deterioro aunque enseguida se ensancha lo que permite pasear con mayor comodidad.
Tras atravesar una portilla y a escasos metros de ésta, nos encontramos la antaña Fuente del Rey que aun conserva grabadas las inscripciones que acreditan su origen. Hasta no hace mucho tiempo había en las proximidades de esta fuente un humilladero, actualmente desaparecido.
Una vista panorámica nos permite contemplar la intervención del hombre con la construcción de cuatro importantes vías de comunicación que, a distintas alturas, discurren cercanas al cauce del río Besaya. En el nivel más bajo, el sinuoso trazado de la carretera nacional construida hacia 1.860 y que atraviesa el desfiladero junto al río por su margen derecha. Por encima de ella, el Camino Real – segunda mitad del siglo XVIII – por el que discurre nuestro itinerario. En la cara opuesta, la línea de ferrocarril – inaugurada en el año 1.866 – cuyo espectacular trazado sobre impresionantes taludes prácticamente verticales, desafía a la gravedad. Y en algunos tramos, se ve al fondo la Autovía del Cantabrico A-67, la obra de ingeniería más moderna.
El camino ahora es amplio y cómodo y tras pasar junto a una especie de mesa con un asiento de piedra nos encontramos el Arroyo de la Jurisdicción que nos señala el límite entre los municipios de Pesquera y Bárcena de Pie de Concha.
El camino discurre flanqueado por avellanos, algún haya y algún roble, así como acebos, tojos y helechos.
A medida que vamos ganando altura podemos contemplar el curso del río y la vegetación de su ribera. En los grandes paredones de roca que constituyen este agreste y espectacular relieve es fácil ver cómo se entremezclan gran diversidad de colores: blanco- amarillento, rojo, gris –verdoso, etc.
Seguimos caminado sin perder altura hasta la Peña Pea, perteneciente ya al municipio de Bárcena de Pie de Concha. En este lugar podemos detenernos y sentarnos a contemplar el espectacular trazado del ferrocarril, con túneles, paredes artificiales de refuerzo y extraordinarios muros de contención. De igual manera, éste es un lugar privilegiado para observar los excelentes cortes producidos en los estratos de arenisca roja triásica que se intercalan con el arbolado autóctono creando un espacio de singular belleza.
A lo largo del recorrido es fácil observar los guardarruedas jalonando el Camino en las zonas de terraplén. Son esas piedras hincadas en el suelo cuya función era evitar que los carros deteriorasen las paredes y no se despeñasen. Reanudamos la marcha y llegamos a un punto en que el camino se bifurca. El ramal de la derecha conduce a Pico Jano pero nuestro itinerario sigue de frente.
Tras una pronunciada curva y cruzar el arroyo, junto al camino nos encontramos la Fuente de la Regata. El camino prosigue ahora a altura constante y después de atravesar una portilla canadiense e ignorar un desvío a la izquierda, el descenso se hace ya más acusado y progresivo a la vez que nos vamos acercando a la carretera y al cauce del río. Al cabo de un rato y tras atravesar el túnel de la actual carretera nacional encontramos las primeras casas del pueblo de Bárcena de Pie de Concha, punto final de nuestra ruta.