Barriopalacio – La Panda – Barriopalacio
Esta ruta va desde el pueblo de Barriopalacio de Anievas hasta La Alhama, donde se inicia el retorno al punto de partida, pasando por la braña de La Panda, espacio del monte dedicado al uso ganadero, en el municipio de Arenas de Iguña para volver al punto de partida cruzando un extenso pinar, Las Gateras. Así, la ruta la podemos realizar en cualquier sentido suponiendo el mismo grado de dificultad en caso u otro. Durante toda la ruta se pueden contemplar magníficas vistas, tanto del Valle de Iguña como el de Anievas además ofrece la posibilidad de conocer diferentes ecosistemas más o menos humanizados.
Distancia: 9 Km.
Tiempo: 3h
Desnivel: 270m. en los primeros 2Km. luego descenso.
Dificultad: Baja
PAISAJE, FLORA Y FAUNA
Desde el punto de vista paisajístico y natural el caminante va a encontrar diferentes tipos de ecosistemas. El constituido por la vegetación de ribera, muy densa y diversa, con ejemplares de aliso, sauce, saúco, fresno…, localizados en las zonas más próximas a los río y arroyos incluso zonas muy sombreadas. Como ecosistema de transición, aprovechando los espacios cercanos y formando una orla muy rica, aparecen castaños, tilos, abedules, avellanos, robles, rosáceas, espinos… En cuanto a las herbáceas, tanto en zonas de ribera como de transición, habría que señalar la presencia de menta, berro, hipérico, valeriana, etc. Hay además áreas de claro predominio de robles (que se asocia a un buen número de especies como acebo, castaño y otras) y ecosistemas más humanizados como las praderías de pastos (en los altos, brañas) que forman mosaicos de gran belleza, y los espacios de monocultivo de repoblación, sobre todo pino. Dependiendo de la presencia o ausencia de cobertura vegetal, el sotobosque tendrá mayor o menor número de taxones, como helecho –al final del otoño e inicio del invierno sus tonos ocre-rojizos son todo un espectáculo-, aulaga o tojo y brezos, entre los que se da una gran variedad: brecina, brezo cantábrico, etc. En lo relativo a la fauna, se puede observar un buen número de especies de aves –bisbita, petirrojo, corneja, rabilargo, y rapaces como el halcón, milano, azor, o buitres, alimoches, cuervos, etc.-, abundantes reptiles, y anfibios que se encuentran en los pilones y charcas, además de gran diversidad de lepidópteros, y mamíferos como el jabalíes, zorros, ardillas, corzos, erizos, diferentes tipos de alimañas como martas, hurones, ginetas, tejónes. Señalar la presencia significativa de corzos de los con los cuales no es difícil encontrarse en ciertos tramos del camino; además del abultado número de vacas y caballos que pastan en las zonas de braña.
ETNOGRAFÍA
En tiempos recientes todavía se podía contemplar en Barriopalacio algún ejemplar de hórreo, de los muchos que aquí hubo, pues era el pueblo que más tenía de toda la zona central de Cantabria, llegando a coexistir hasta cuatro a la vez. Era un hórreo de tejado a dos aguas y con la entrada por la zona del hastial. La técnica constructiva empleada era singular, pues en toda su estructura de madera no había ni un sólo clavo, lo que exigía un trabajo muy calculado de carpintería para que el conjunto quedara adecuadamente engarzado. La estructura descansaba sobre cuatro pilastras de piedra o madera, y se accedía a él por una escalera de madera de “quita y pon” o por una de piedra separada del edificio. En él se guardaban el grano u otros productos de la tierra saneados y a buen recaudo de ratas y otros roedores. Solían tener algún tipo de inscripción relacionada con la fertilidad y, en otros tiempos, era costumbre que los recién casados pasaran su primera noche en el hórreo, en busca de la fertilidad que el hórreo representaba.
Siguiendo con los aspectos etnográficos de este pueblo, hay que indicar la proliferación de buenos piteros y tamborileros que aquí hubo. Los piteros de Anievas eran reconocidos en toda la región por su gran calidad en la ejecución de músicas tradicionales; eran considerados como auténticos maestros.
De los aprovechamientos que permite el medio natural cabe destacar el de la madera de los árboles caídos y secos; la recogida de las castañas, que se consumen en la Magosta, que sigue teniendo vigencia; y, gracias a la riqueza de la zona en piedra caliza, se creó una pequeña industria de “caleras” de cuyos hornos todavía quedan vestigios.
Los habitantes de Barriopalacio también aprovecharon su buena situación geográfica en el valle para poner en funcionamiento los dos únicos molinos que existieron en Anievas. Cabe recordar que los molinos eran centros importantes de reunión y establecimiento de relaciones (mientras se esperaba turno para moler, se charlaba sobre acontecimientos más o menos relevantes), así, como eje de toda una tradición folklórica que tenía como objeto central la molienda, la maquila, el molino, el molinero o la molinera y sucesos ocurridos en relación a esta instalación. No sólo iban a moler su grano los habitantes del valle, sino también gente de otros valles.
Los cambios sociales, políticos y técnicos han producido una paulatina transformación social que se refleja en general en toda la región y, en el caso de Barriopalacio, en un progresivo abandono de las ocupaciones tradicionales (ganadería y agricultura) para aportar su fuerza de trabajo a actividades del sector secundario y terciario entrando así economía dual, que hace que después del trabajo o durante los fines de semana la gente se ocupe de sus prados y ganados para complementar sus ingresos principales.
Afloramientos kársticos en la zona de Peñas Blancas donde el terreno se modela como consecuencia de un proceso químico de disolución de las rocas calizas en presencia de agua y CO2 creando un paisaje singular digno de ser visitado, así la ruta transcurre por un campo de grandes dolinas, que captan el agua que veremos surgir en la base de las Peñas de Barriopalacio, en la zona de Los Vados, ya de regreso al punto de partida.
Actualmente se realiza la fiesta mitológica “Barriopalacio, Un pueblo de Leyendas”, celebrada el domingo anterior a la fiesta de Nuestra Señora del 15 de agosto.
RECORRIDO DE LA RUTA
Se trata de una ruta, en general cómoda, aunque con una primera parte –no demasiado larga- en ascenso. También se puede realizar en el sentido inverso resultando una ruta de similar facilidad.
Se puede hacer en cualquier época del año, siempre y cuando se vaya correctamente equipado (ropa de abrigo en invierno, vestidos frescos y gorro en verano, calzado adecuado, mapa o GPS, teléfono móvil, agua siempre, etc.).
Desde el pueblo, que bien merece un paseo previo, pues es un casco urbano muy bien conservado y con una arquitectura popular de primer orden, se inicia la ruta:
1. Salida hacia el cementerio (entre huertos y praderías).
2. Se toma el camino de la izquierda (la pista de grava asciende fuertemente).
3. Continuando por el camino, se pasa cerca de una cabaña y un establo, en el lugar conocido como La Aurnada. Desde aquí se puede contemplar parte del valle y los núcleos de Calga y Cotillo.
4. El camino va ascendiendo hacia la zona de El Alsar, donde empiezan a aparecer tímidamente pinos, entre robles, castaños, fresnos, acacias que predominan el piso arbóreo.
5. Más adelante, desaparece el arbolado y se puede divisar el pueblo de Bostronizo a lo alto y Raicedo en el fondo al pié, para atravesar una pista de tierra en un espacio ocupado por helechos y brezos.
6. Se llega a una portilla, generalmente cerrada con el fin de evitar que salga el ganado, por lo que una vez pasada hay que dejarla de nuevo cerrada. La ruta cruza la braña de La Panda, modelo de aprovechamiento ganadero del monte, que, tras un proceso de deforestación a favor del pasto de diente, permite la presencia del ganado prácticamente todo el año.
7. El camino sigue bordeando el alto de La Panda, por una pista de grava blanca que pasa junto a una finca cercada con un caserío, zona conocida como El Selón. En las cercanías hay un hito (Peñas Blancas) en el que se encuentran los municipios de Anievas y Arenas de Iguña. El topónimo de “Peñas Blancas” habla a las claras del fenómeno geológico que se puede contemplar en el lugar: se trata de los afloramientos de rocas calizas con su típico color gris blanquecino.
8. Continuando el camino se llega a Campo Verde, donde se encuentra una importante masa de repoblación de pino, y en las zonas no ocupadas por este medran las arbustivas, con zonas muy tupidas; es el lugar conocido como Las Gateras.
9. Más adelante, todavía en la zona de pinos, sale un camino a la izquierda que circula por el interior del pinar.
10. Siguiendo por este camino se llega al lugar conocido como La Alhama, donde hay un cruce; tenemos que tomar el ramal de la izquierda, un camino de grava gruesa.
11. Desde aquí, sin dejar el camino, se sale del pinar por la zona próxima a Panizales donde se atisba al fondo el pueblo de Barriopalacio, donde se encuentra el punto de salida. Paseando por una zona de matorral y monte bajo tipo landa atlántica con predominio de helecho, tojo y brezo.
12. Tomando el único camino principal, con señales del paso de vehículos rodados comienza el descenso, dejando a la izquierda un pinar y monte bajo a la derecha, más adelante se alternará con la presencia de prados cercados en su mayoría con muros de piedra.
13. Pasando una portilla canadiense, localizada junto a un depósito de agua aparece un cruce, la ruta continua por la izquierda para alcanzar la zona más baja de fondo de valle, Los Vahos, para llegar así al pueblo.
OBSERVACIONES
* En este último cruce a la derecha se puede tomar el PR-S.44 (valle de Anievas).
* En la braña de La Panda se localiza el área recreativa de La Serna, equipada con bancos, mesas, papeleras y barbacoas para el disfrute de los visitantes.